sábado, 31 de diciembre de 2011

Juego Inmortal


Mareada mi alma, mis ojos sollozos causan dolor dentro de mi corazón, sin más poder logre callar estos sentimientos… cuyos presentimientos de la vida no dan salida a la luz del día, encarcelada en palabras de un fiero animal…

Mi gran amado para ti es, una nota a la par de tu espejo encontraras, se escribieron todos mis sentimientos hacia tu ser… te sorprenderás el motivo de esta carta, mi muerte causo gran aberración en tu vida… vive el momento, cada sentimiento se os proveerá en toda situación, no preocupéis por vosotros sabréis que es, era y será prohibido; los ojos ajenos os miraban envidiosos de vuestro amor mas eso jamás os importo.
Ha de ser de noche, sí esas noches escarlatas de magia oscura la cual oculta las caricias delicadas, las miradas apasionadas, los labios marcados;  te causara nostalgia al recordar esos cuerpos que exigían amor, más que amor pasión; no quiero que me olvides mi gran amor, mirad a tu alrededor, observa esta soledad: la alcoba vacía, las risas perdidas, los recuerdos enterrados, los pasatiempos olvidados… amado fiel no dejéis pasar esta oportunidad; viviré contigo, por ti y sin mí en esta realidad… no veáis la nota, recoged tu rosa mientras esperas mi otra carta….
Se despide tu amado tormento….
Sentado este hombre corre a toda prisa hasta su nido de amor, no se atreve a ver la nota no obstante recoge la rosa ( una bella rosa sonia pequeña) en el borde de una mesita a la par de su tálamo testigo de lagrimas, equilibrio entre dos realidades imparciales…
-        Maldita seas, tu nombre jamás pronunciare, mi boca se sellara, mis lagrimas secaras… oh dulcinea mía, tu juego apreciare, será mi motor de vida, mi locura constante, mi atar a esta vida….

Con un tono cansado, el fiel apasionado comenzara a perder la razón ante lo irracional de un amor….
El día siguiente, el fin del alba empieza a desvanecer y la oscuridad a escapar… ¿Dónde estará mi amado?, ¿en su alcoba?, ¿En la sala?, ¿En su casa?.... ¿Dónde?, te busco pero no encuentro, te miro sin embargo no te observo, en tan inmenso infierno te escondes…
Sí, sí se esconde de su amada conquista, no quiere perder lo único que lo mantiene en pie, la esperanza de su pronto regresar, no tiene fuerzas  para continuar, espera con ansias la siguiente carta, no obstante, lo perderá si no logra continuar.
-        Miradme, aquí estoy, mirad lo que hago por ti… ¿Qué más quieres de tu pobre ciervo ciego? Sí este es tu deseo continuare sin más no poder.
Viste ese cuerpo (tan delgado pero estructurado, con amables brazos, con su fuerte dorso, con manos callosas del trabajar, piernas largas en su andar), con la blanca camisa de tul,  negro pantalón de Vergara y sus zapatos de cuero gris, encamina a su trabajo, tan noble hombre, hermoso al apreciar sus destrezas al enamorar… es tan imposible no obsesionarse con él, tan animal y viril es su aspecto, pero es tierna y frágil su alma… me enloquece sus ojos vacios que penetran mi alma como agujas al azar en este sensible cuerpo incapaz de reflejar su lado humano…
Pasaremos el día en misterio en espera de las noches bellas… no miremos el presente, ni recordemos el pasado, con tan solo un milagro lograremos presenciar el futuro incierto… ¡mirad, en el horizonte!, ahí está ese hombre embriagado de locura pasional… entra vertiginoso a su lecho, sin dar más miramiento duerme como niño agotado en pleno misterio… cierro mis ojos deseo mantener la magia de este nocivo vicio… daban las doce, doce golpes, doce silenciosos cosquilleos… ¡he ahí! ¡La carta!
-        Apasionada  miro esta hoja en blanco, entiendo tu mensaje, mas no quiero hacerlo…
No tengo palabras en blanco esta, él la entiende y yo, bueno simplemente observo, observo como corre hacia el jardín a cortar una rosa azul, la abre y encierra con dos capullos en su pañuelo de acetato un poco malgastado, la abraza y entierra en el jardín.
-        Desde hoy, vuestro secreto esta silenciado, no permitiré que jamás sea relevado y con este pacto silencio mi ánimo…
 No logre entender ese ritual, tan excéntrico a lo convencional, deja atónita mi razón y mi corazón destrozado… lo amo, lo deseo,  no miráis esta entrega… odio, odio a esa mujer, la odio por tener tu razón, tu cuerpo, tus besos, tus mas lujuriosos deseos…
Duerme mi bello adonis con una sonrisa de complacencia esperaras el siguiente amanecer… descansa que yo te protegeré…
Una turbia mañana se impone, te causa miedo, corres hacia tu única salida, el trabajo, cierras la puerta con gran fuerza, ¿Por qué el ansia?... no juegues conmigo, no soportare mas la entrega de tu fuerza a esa.
Dime ¿qué te pasa?, regresas, si regresas… acompañado de una bella mujer, silueta esbelta, ojos caramelos, boca azucarada, tan tierna y salvaje, le desprendes la ropa con tan delicadeza osada de una fiera, tus manos tiemblan, tu boca no cesa de beber ese dulce veneno, tu cuerpo se exaspera en cada movimiento de esa sirena… desgarras su inocencia, traspasas las fronteras sin ningún pensar… terminado tu acto, ella duerme tan magnífico ser… ¿y tú? Sí, tú ser egoísta, el más sensual de las bárbaros, debajo de tus sabanas estas en búsqueda de la siguiente carta… como es de esperar ahí está, algo diferente a las anteriores, en un sobre negro dibujado un beso, la abres con gran recelo:
-        Te lo agradezco cariño mío, esa musa servirá para tus placeres carnales, será tu calma ante la adversidad, tu fiel compañera… mi bella sirena te la entrego, cada vez que la utilices me recordaras… ve a la cabañuela de vuestro bosque…. Ahí estará… se despide tu amado tormento.
No mencionas palabra alguna, tus ojos se muestran desconcertados no obstante nunca dudas en hacerlo, quieres seguir su recreación inmortal perseguir lo irreal de tu doble moral.
No quiero atrasar mi pesadilla, ni volver a repetirla… quiero escapar y cruzar la línea el averno de mis sentimientos y la creencia irreal… la melancolía recae sobre mí como ángel hibrido en los terrenos del invierno sin dar paso previo…
Mírate aquí, infiel amante, tú y tu sirena embarcan el viaje de su nueva vida, te marchas sin despedirte exclusivamente tu anhelo de llegar a su aposento es más intimo que la aspiración de recomenzar…
Piérdete en este nuevo mundo, escucha las brisas recorrer y recomienza de nuevo, no, no, ¿Qué haces?... no la lastimes, ella es solo una pieza, no es tu demonio, no es la culpable de tu locura… al parecer la dejas ahí, con su ramo de blancas rosas teñidas de roja sangre inocente.
Al parecer quieres encausar tu locura solitariamente, te enfadas: tu mirada se exalta, tus venas transportan veneno a tu  mente desequilibrada entre dos realidades inversas atípicas del convencionalismo moderno.
Llegas a tu morada, recuerdas los momentos, las emociones, y tu infiero verdadero… buscas la nota; sí esa nota, no la abres la colocas en tu espejo, y miras en la sala una carta envuelta en un sobre verde… pero la ignoras…. Miras fijamente pero no reaccionas…

Se aproxima la noche, causa celos la presencia de esa carta, pero deseo ante mi venerado animal… seis golpes daban, aun así era la ausencia de una morada despechada, solitaria y encalmada en el sufrimiento, no regresa mi hombre de su trance… ¿qué sucede? No logro entender este presentimiento… no me abandones diablo alado, mi alma no soportara una pérdida más… -¡reacciona! Una voz tan fría hipnotizarte logro… tiemblas como niño asustado abres el sobre rápidamente y lees el contenido:
-        Te esperare por siempre, jamás me fallaras… me rescataras y libraras de toda tentación… mi dulce ángel… te da la bienvenida tu dulce tormento…

-        Con esta rosa gris romperé mi pecho, y sin mirar atrás volveré a mi gran despecho… fueron sus últimas palabras, sus últimos lamentos, su ultimo pensamiento…
El adonis de su cuerpo sangra a causa de una rosa, dentro de tu libre pecho deja su veneno… exhalando tu ultimo respiro… amado mío…

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