Seco es tu vientre, sequía eterna y ansias tremendas de poseer aquello que no será jamás suyo.
¡Infeliz mujer!, proclamas
libertad sexual en vientres de praderas verdosas, mas el tuyo es un desierto veinteañero
de canceres profundos.
¿Cuál será tu lucha?
¿Un derecho que jamás podrás
disfrutar o una condena de dulces penas, suspiros
Y lagrimas caer,
Al ver aquel retoño descansar
en vientres y brazos ajenos a los tuyos?
Cultivas la pala, el veneno
para destrozar terrenos, porque el tuyo, dejadme decirte:
Es una fuente sin lecho.
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